ENTREVISTA | Piojo: «A día de hoy no imagino mi vida sin Unionistas CF»

ENTREVISTA | Piojo: «A día de hoy no imagino mi vida sin Unionistas CF»

“Vine a Unionistas CF a recuperar la ilusión, y ahora estoy disfrutando del fútbol como nunca”, reconoce Piojo en los micrófonos de ‘Sonido 23’. La desaparición de la Unión Deportiva Salamanca, el derbi y cómo se siente en USCF. El capitán toma la palabra.

– Piojo o Jesús Hernández de la Torre. ¿Por qué Piojo?

Fue en mi época en el Sporting Garrido. Por aquellas estaba el Piojo López en el Valencia, y los entrenadores me decían que me parecía a él, tanto físicamente como jugando, y lo arrastré cuando llegué a la UDS en cadetes. Ha habido algún entrenador me lo ha querido quitar. El año de Juan Ignacio Martínez, en el que debuto con la Unión en Ipurúa, me lo quería quitar. Me decía que me pusiera de la Torre, Hernández… que Piojo era muy feo. Yo le decía que no, que para mí era un recuerdo, que si me llamaban Jesús en un campo yo no me iba a dar la vuelta.

– ¿Qué supuso para ti la desaparición de la Unión? Cuando te propusieron el reto de Unionistas CF también tendría un toque de sentimiento.

Fue un palo muy gordo. Me había costado un mundo llegar al primer equipo, pero Zegarra confía en mí ese medio año, y luego ya tuve algo más de continuidad. Después llega Gorka al club, y es cuando yo disfruto de la Unión, cuando veo lo que es realmente jugar en el primer equipo. Y cuando ves que tienes tu sueño alcanzado, y que lo puedes continuar varios años, te pegan el golpe de tu vida. Para mí fue un palo muy gordo, porque encima tenía una oferta de renovación de tres años, y ya veía mi futuro encaminado en la Unión. Había estado tantas veces al borde de la desaparición, que nunca creías que iba a desaparecer.

– ¿Qué queda de ese Piojo que debuta en Ipurúa?

Queda mucho. Sigo teniendo la misma, o más, ilusión que tenía antes. Desde que estoy en Unionistas CF estoy empezando a disfrutar del fútbol. Antes lo veía como un trabajo, iba a entrenar y después me olvidaba. Ahora vivo el fútbol 24 horas. El año anterior a venir a Unionistas CF, en Guijuelo, lo pasé muy mal. Venía a USCF a intentar recuperar la ilusión que había perdido y la he recuperado. Tengo mil veces más de la que tenía, estoy disfrutando del fútbol como nunca.

– ¿Ha pasado de ser un profesional del fútbol a no ser solo un trabajo? Sino que es algo tuyo, que Unionistas CF es algo tuyo.

Sí, y Unionistas CF y los aficionados también me lo hacen saber. No es que sea mío, pero una parte de mí es de Unionistas CF. No me imagino mi vida sin Unionistas CF. Me preguntan que si me saliese una oferta me iría, y no, no me voy. Siempre y cuando las cosas se hagan con coherencia y nos sigan tratando como hasta ahora, y siempre que te valoren como te tienen que valorar. Antes siempre la tutela del chico de la casa era el chico barato, que si no jugaba no decía nada. No, si el chico de la casa se merece cobrar más que ninguno, que lo haga; si merece jugar más que ninguno, que juegue más que ninguno. En USCF me saben valorar.

– Se te ha visto jugar de lateral derecho, de extremo… diferentes posiciones. ¿Dónde te diviertes más jugando?

Por el sistema de juego que tiene Unionistas CF, y por el sistema de bloque a nivel compacto que tiene, evidentemente me divierto más de lateral. Soy un jugador específico de banda, que necesita tener buenos pasadores, y creo que en este equipo a lo mejor no tenemos un jugador como Jorge Alonso el año pasado, que ponía el balón donde quería.

– ¿Cómo resumirías lo que está haciendo el equipo en este arranque?

Cuando tuvimos la racha mala, estábamos tranquilos. Al final el equipo daba argumentos para confiar en él. Ni antes éramos tan mal, ni ahora somos tan buenos. Somos un grupo muy compacto a nivel defensivo, y es muy difícil hacernos gol. En esta categoría es algo clave. Si a nivel defensivo eres fuerte, vas a tener muchas opciones de puntuar. También nos cuesta hacer gol, pero algún día siempre vas a cazar alguna, y la vas a meter. El equipo da unos argumentos para confiar en él y lograr la permanencia, pero lo vamos a tener que trabajar mucho. La afición nunca deja de confiar, y nos da mucha estabilidad a los jugadores.

– ¿Qué le contáis a los compañeros que nunca han vivido un derbi? ¿Qué es para vosotros la grada de Unionistas CF en un día como el domingo?

Este año le estoy quitando un poco de importancia al derbi, porque el año pasado todo era una novedad y la gente no sabía cómo íbamos a reaccionar. La temporada pasada los dos teníamos el mismo objetivo, que era quedar primero. Como tal, solo puede quedar uno. Este año el objetivo es más global, y no depende tanto de lo que haga uno del otro. El derbi tiene menos presión por eso. Les he dicho que el ambiente es especial. La gente siempre nos apoya, pero ese día mucho más. Cuando llegas al campo, ya se nota que es un ambiente especial y muy bonito de vivir.

Hay compañeros que han jugado en Segunda, en equipos muy buenos, y están flipados con la gente. Lo que nos dan en casa, pero sobre todo lo que nos dan fuera, es tanto, que la gente está flipada.

– ¿Cómo ves la rivalidad entre aficiones?

Mi opinión es que lo más importante es que hay que respetar. A mí me da igual que piensen que son la Unión. A mí no me van a convencer de que lo son, pero lo respeto. Pero que ellos también respeten que nosotros somos los que somos. En el campo la rivalidad es normal, pero luego fuera del campo por ahí no paso. Hay episodios que vivo en Salamanca que no me gustan.

Está llegando a límites que uno no se imagina. Los futbolistas somos, en ese sentido, un ejemplo. El año pasado en el CF Salmantino había cinco jugadores que son monitores de mi campus, mis amigos. Si entre nosotros no hay problemas, ¿qué problema va a haber entre aficiones?

– ¿Qué es más difícil, pegar un centro o tener que hacer a la afición la celebración?

No centro muy bien, tengo que decirlo, pero soy una persona muy vergonzosa. Aunque me hayáis visto en el Ayuntamiento arrodillado delante de todo el mundo, me costó. En el vestuario hacemos una convivencia de grupo en la que tenemos que bailar, y no bailo, me da mucha vergüenza. Muchas veces le digo a Molina que, cuando hacemos el saludo, se ponga a mi lado. Parece que estoy escoltado por él, y me da la vida.